Hoy quiero compartir con vosotros una
experiencia espectacular que he compartido y vivido con mis pequeños de 3
añitos. Cada curso nos planteamos cómo vamos a trabajar la grafomotricidad y la
preescritura. Buscamos en editoriales, en documentos hechos de años anteriores,
fichas de trazos verticales, horizontales, oblicuos... etc. y parece que
siempre se queda en eso, en la reproducción de meros trazos programados. Este
curso, dándole vueltas a la cabeza, se me ocurrió enfocar este tema desde otra
perspectiva, algo que fuera significativo para ellos: reproducir su nombre,
palabras con sentido y cercanas... algo de lo que se sintieran orgullosos al
escribirlo.
Sin pensarlo, me propuse hacer dibujos guiados
en la pizarra. En folio blanco, hacer una línea horizontal y sobre ella
escribir una palabra resumen de lo que íbamos a dibujar. Así lo he hecho y me
parece increíble lo que han realizado. Con apenas un mes de clase, ya han
cambiado en esta aventura. Los que escribían con línea continua empiezan a fragmentarla
para diferenciar letras, escriben letras con pequeños trazos con sentido y
hasta consiguen reproducir palabras legibles. Sé que ahora mismo son meras
copias de dibujos, que aún no saben ni siquiera qué están escribiendo. Pero a
base de repetir cada día "ahora hacemos la A, una montañita con una rayita
en medio", "toca la L, una rayita hacia abajo que está tan cansada
que después se acuesta".... por ejemplo, ya empiezan a conocer las letras
y a demandar escribirlas.
También aprovechamos las fichas del libro.
En la parte de atrás, les escribo su nombre y una palabra que hace referencia a
lo que hemos trabajado. Ellos la repasan y así van practicando trazos.
Realmente, me parece una experiencia
maravillosa, sobre todo, al verlos disfrutar.
Os dejo algunos ejemplos de todo esto que
os estoy comentando.
Aún me sigo
sorprendiendo cada vez que los veo.
Os animo a que lo pongáis en práctica.
Para mí ha sido algo fantástico. Realmente me está encantando lo que estoy
descubriendo y, sobre todo, una vez más pienso que de quien más podemos
aprender es de nuestros alumnos. Siempre potencian la capacidad de
sorprendernos en este camino de la enseñanza.
Continuaremos
trabajando en esta fantástica preescritura.
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